Cine de animación con siluetas, quizá no lo hayáis llegado a conocer ya que fue entre los años 70-80 cuando, muy de vez en cuando, la programación de dibujos animados de TV emitía una de estas películas. En el momento actual, en el que los medios digitales redefinen la identidad del cine de animación y los productos 3D nos permiten entrar en espacios tridimensionales, vamos a retroceder unas cuantas décadas para recuperar la técnica de animación más bidimensional de todas: el cine de animación con siluetas.
Estos días, diversos medios nos han recordado a Lotte Reiniger, una de las mujeres más importantes en la industria del cine. ¿Por qué? Resulta que esta alemana, nacida hace 117 años, fue la creadora del cine de animación con siluetas, en un entorno y un momento social lleno de limitaciones para las mujeres cineastas. Inspirándose en el arte oriental de los teatros de sombras y tomando las historias de los cuentos de hadas tradicionales, realizó más de 60 títulos de cine de animación con siluetas, de los que hoy quedan 40.
Sus películas eran hipnotizantes, elaboradas artesanalmente mediante retazos de cartulinas, cables y animadas ¡a mano! Las siluetas, recortadas en papel negro, eran figuras de personas, animales y objetos, colocadas sobre una mesa de luz. Solían ser figuras articuladas para mover sus partes por separado. Después, con la técnica fotográfica del momento, se conseguía la ilusión de movimiento captando fotograma a fotograma. La articulación y empleo de los recortables hacían que este cine de animación careciera de movimientos fluidos y suaves. Aún así, Lotte Reiniger no tiene rivales y, a todos los efectos, la historia de la animación con siluetas, empieza y termina con Reiniger, según Philip Kemp, del British Film Institute. En este documental, podemos ver cuál era su metodología de trabajo con un ejemplo, la animación de Papageno.
En la década de los 60, Reiniger dejó de trabajar y vivió tranquilamente en Londres, pero por los años 70 su trabajo fue recuperado. En 1979 realizó ‘La rosa y el anillo’, de una historia de Thackeray. Murió el 1981, dejando en su cine de animación una conjura de mundos fantásticos salidos de la luz y del papel, que hicieron de la imaginación su forma de trabajo y que fue de gran influencia en generaciones posteriores de cineastas y artistas.
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