El nuevo proyecto de Tim Burton, Frankenweenie, está basado en un corto que el director realizó en 1984 cuya historia parodiaba la novela Frankenstein. Burton fue despedido por Disney, estudio en el que había entrado a trabajar en 1979, tras finalizar la película; los estudios declararon que él había desperdiciado recursos monetarios de la compañía y que las rarezas de los mundos imaginarios de Burton no eran del gusto del gran público. No tardaría la productora en corregir su punto de vista. En 1993, aunque no se atrevió a distribuir bajo su sello Pesadilla antes de Navidad, sí lo hizo con Touchstone (su filial), y años después rectificó y amparó el film bajo su marca.
La nueva «Frankenweenie» es el primer estreno de una película de animación de Tim Burton con el sello de Disney. El cineasta californiano ha dejado de intimidar con sus filmes a los ejecutivos de Hollywood que pudieron temer el riesgo comercial de algunas de sus obras, sombrías a priori para el paladar del espectador medio, y que han pasado a conformar un estilo a imitar.
El artista se inspiró para el relato en su amor por las películas de terror y en el sufrimiento que le produjo el fallecimiento del perro, compañero de su infancia. La cinta contiene los elementos característicos de sus películas: escenarios góticos en blanco y negro, personajes oscuros y el tema de la muerte como eje central.
En esta ocasión se recurrió a la animación tradicional por medio de la técnica de Stop Motion para su realización. El stop-motion es uno de los estilos más antiguos de animación, con un proceso muy artesanal que crea los escenarios en miniatura donde los artistas tienen que manipular los objetos y personajes manualmente e ir fotografiando cada uno de ellos para dar la sensación de movimiento. La película se pasa finalmente a 3D, lo que añade textura, profundidad y nitidez como elementos visuales determinantes a la película.
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