Se trata de una técnica a la que acompañan un buen número de ventajas. Los lápices de color permiten cubrir todos los pasos de la ilustración, desde el boceto hasta el arte final y son fácilmente transportables, lo que nos facilita movernos en diferentes entornos de trabajo. Además, salvo en técnicas mixtas, no precisan de más material para su uso que el papel ( ni muy rugosos ni muy satinado) y unos cuantos colores. Éstos, tampoco necesitan ser muy numerosos ya que, los lápices de color permiten el trabajo con veladuras suaves que, superpuestas, dan como resultado nuevos tonos.
La superposición de capas, tanto mediante trama de líneas como mediante mancha difuminada de color, se comienza por los tonos claros que vamos oscureciendo progresivamente, resultando así los volúmenes y la descripción formal de la ilustración.
El lápiz de color para Ilustración ha originado múltiples técnicas de aplicación: el raspado, el esgrafiado, el blanqueado, el frotado, el bruñido, la grisalla…en fin, tantas como improntas individuales nacen de la creatividad de un ilustrador.
Las técnicas tonal y lineal protagonizan el método de elaboración de esta ilustración de nuestro profesor, Juan Antonio Serrano, y que os mostramos en diferentes fases del proceso.
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